Es indiscutible que el jamón es un manjar para la mayoría, pero lo que muchos no saben es que también encierra sorprendentes beneficios del jamón para la salud. Además de ser un placer para el paladar, este alimento ofrece un valioso aporte nutricional.
Aquí te mostramos diez poderosas razones para incorporar el jamón ibérico en tu dieta. Eso sí, siempre con moderación.
Aporte de aminoácidos
El jamón aporta los nueve aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo no produce y que son necesarios para el crecimiento, la reparación de tejidos y la producción de hormonas. Algunos de ellos son la lisina, encargada de transportar los nutrientes a las células y favorecer la absorción del calcio, y el triptófano, que se transforma en serotonina y melatonina, regulando el estado de ánimo y el sueño.
Fuente de energía
Las vitaminas del grupo B como la B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), B6 (piridoxina) y B12 (cobalamina) son necesarias para el correcto metabolismo energético, el funcionamiento del sistema nervioso y la salud cardiovascular.
Estas vitaminas cumplen un papel esencial en la obtención de energía a partir de los alimentos. Participan en la descomposición de hidratos de carbono, proteínas y grasas, permitiendo transformarlos en ATP, la principal molécula de almacenamiento energético de las células.
Mejora la salud general
El jamón es una fuente importante de minerales como el hierro, zinc, fósforo, potasio y selenio. Estos minerales son vitales para la salud ósea, muscular, sanguínea y la función inmunológica.
Bueno para el colesterol
Predominan en el jamón, especialmente el ácido oleico, conocido por reducir el colesterol LDL («malo») y aumentar el colesterol HDL («bueno»). Por lo tanto, un consumo moderado de jamón puede favorecer unos niveles de colesterol saludables.
Reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares
Este beneficio es una consecuencia de los beneficios anteriores. La combinación de proteínas, vitaminas B, minerales y ácidos grasos monoinsaturados del jamón contribuye a mantener la buena salud del corazón.
Previene la anemia
El hierro presente en el jamón se absorbe fácilmente por el cuerpo, combatiendo la anemia de forma efectiva.
Fortalece el sistema inmunológico
El zinc y el selenio que contiene el jamón son compuestos esenciales para un sistema inmunológico fuerte y preparado para combatir infecciones y enfermedades.
Ayuda a controlar el peso
A pesar de su contenido graso, el jamón es un alimento saciante que puede ayudar a controlar el apetito y el consumo de calorías. Además, no contiene azúcares ni gluten. 100 gramos de jamón tienen aproximadamente unas 250 kilocalorías.
Aumenta la masa muscular
Las proteínas de alta calidad del jamón son esenciales para el crecimiento y la reparación muscular, por eso es un alimento ideal para deportistas.
Mejora el estado de ánimo
Otra función de las vitaminas del grupo B del jamón es la de ayudar a combatir el estrés, la ansiedad y la depresión, mejorando el estado de ánimo.
Recuerda que el consumo moderado es clave para disfrutar de los beneficios del jamón. Se recomienda consumir aproximadamente unas 2 o 3 raciones de 50 gramos por semana, como parte de una dieta equilibrada y saludable.